Un recorrido por la vivienda tradicional de España

La península es, además de un vasto y diverso entorno geográfico, un mapa de ejemplos de arquitectura que ha sabido adaptarse: reinterpretando diferentes materiales, métodos técnicos y necesidades.

En este sentido, la arquitectura vernácula en España, refiriéndonos exclusivamente a la vivienda o casa tradicional, goza tal vez de menor salud ahora que en sus mejores días; pero no cabe duda de que muchos son los casos que todavía siguen en pie o incluso manteniéndose como propuestas de espacios para habitar.

Dejamos una lista de las casas tradicionales más típicas. Las más recurridas en cada una de las diferentes regiones del ámbito español. Recorriendo todo el territorio, en busca de inspirarte.

Masía

© PCB75 [Flickr bajo licencia CC BY-NC 2.0]

Aparece mayoritariamente en el noreste peninsular. Son construcciones típicamente aisladas, ligadas siempre a una explotación agraria y ganadera de tipo familiar. Suelen construirse en piedra, aunque en aquellas zonas menos montañosas donde también han sido avistadas el material preferente es el adobe, debido a la escasez de piedras útiles para su construcción. La mayoría de ellas tiene su fachada principal orientada al sur y cuenta con un más que reconocible tejado con dos vertientes. En el caso de estas construcciones, la planta baja de la vivienda solía destinarse a las tareas del campo, mientras que la planta superior se dedicaba al propio hogar. Muchas de las antiguamente ocupadas por agricultores y ganaderos son encantadores establecimientos hoteleros a días de hoy; otras han sido ocupadas por generación tras generación de familiares hasta la actualidad. 

Alquería

© Daniel G. [Wikimedia bajo licencia CC BY-NC 3.0]

Nos encontramos con el segundo de los ejemplos de casa de labor. Más localizada por zonas como Granada o la Comunidad Valenciana, contaban con una finca agrícola de gran extensión. En dicha finca se construía la propia vivienda en torno a un patio interior, acompañado de algunas construcciones anexas como hornos, graneros, molinos. Todo ello custodiado por una torre de vigilancia o una construcción de altura desde la cual se contase con una vista general de la propiedad. Dichas construcciones defensivas se debían, principalmente, a lo convulso de la época en las que estas casas gozaban de mayor popularidad: el siglo XV. De hecho, muchas de ellas estaban fortificadas también con empalizados, muros de tapial o torres defensivas. A día de hoy, estas construcciones cumplen un fin meramente decorativo.

Barraca

© Antonio Marín Segovia [Flickr bajo licencia CC BY-NC 2.0]

Un tipo de construcción muy popular en la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia. La misma servía de vivienda a los labradores, por lo que era muy típico localizarlas cerca de las zonas de regadío. Su planta, de forma rectangular, alcanza unos 9m de largo por unos 5m de ancho. Construidas típicamente con paredes de adobe y cubiertas de cañizo y paja, su diseño buscaba, a partir de un tejado marcadamente dividido a dos aguas, poder desaguar todas las precipitaciones torrenciales que asolan la zona de cuando en cuando.

Casas-Cueva

© Gordito1869 [Wikimedia bajo licencia CC BY-NC 3.0]

En Granada, estas construcciones han sido una realidad que ha perdurado más allá de la prehistoria. Su primer auge se constata durante la conquista musulmana de Andalucía, y otro a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando coincidiendo con etapas de crecimiento demográfico, inmigración y cultivo de nuevas tierras, la población de extracción social más humilde ocupó las ya existentes y construyó nuevas. ¿La razón? Las casas-cueva eran baratas, energéticamente eficientes y fácilmente adaptables tanto a su tradicional modo de vida como a sus necesidades de espacio (corrales, cuadras, silos, entre otros). Actualmente, unas 3.000 familias granadinas siguen habitándolas.

Cortijo

© Ventura Carmona [Wikimedia bajo licencia CC BY-NC 3.0]

Cuando oímos “cortijo", automáticamente pensamos en la vivienda típica andaluza; pero resulta que los cortijos son un tipo de hábitat rural muy disperso por toda la zona meridional de España (Castilla La Mancha, Extremadura, etc). Su principal característica, al igual que las Masías o las Alquerías, es que constan de un extenso territorio circundante para la explotación agrícola. El corazón del edificio, sin duda alguna, es el patio; en torno al cual se situaban las construcciones ganaderas, las de trabajo -como fragua, carpintería- y las de almacenaje, así como la cocina y las habitaciones de los trabajadores. La vivienda del propietario, cuando la había, estaba situada de forma independiente aunque conectada al conjunto, y era de mayor confort y calidad. Aún quedan muchos ejemplos de esta construcción latifundista, y muchos de ellos han sido paralelamente convertidos también en hoteles.

Pallozas o Teitos

© Jim Anzalone [Flickr bajo licencia CC BY-NC 2.0]

Popularmente reconocibles por la zona del noroeste peninsular (León, Lugo, Asturias) estas construcciones gozan de un aspecto sumamente atemporal. De apariencia antigua, su existencia se cree que se remonta hasta épocas como la celta. De planta circular u oval con entre diez y veinte metros de diámetro, estas casas de aspecto primitivo poseen paredes de piedra bajas y están cubiertas por un tejado cónico vegetal, normalmente formado por tallos de centeno. Dejaron de habitarse durante la segunda mitad del siglo XX, debido principalmente a la mejora de la comunicación e infraestructuras entre las aldeas de la zona, lo cual conllevó a la preferencia por los nuevos y mejores materiales de construcción. No obstante, aún quedan algunos ejemplos de estas construcciones en pie, principalmente en la zona de Asturias.

Casa y Casona Montañesa

© Serdio [Wikimedia bajo licencia CC BY-NC 3.0]

Característica sobre todo de Cantabria, este tipo de vivienda destaca por su fachada sur, abierta al sol y a la luz gracias a su característica “solana": un balcón corrido con barandilla de madera protegido de los vientos y la lluvia por muros laterales. Se siguen encontrando en pueblos como Comillas, donde gozan de gran popularidad, aunque también aparecen algunos ejemplos por zonas como Asturias y Castilla y León. No deben confundirse con las Casonas Montañesas, viviendas de tipo señorial, a medio camino entre casa montañesa y palacio, las cuales son bastante más grandes y gozan de sugerentes elementos decorativos.

Cabaña Pasiega

© Pepepitos [Wikimedia bajo licencia CC BY-NC 3.0]

La cabaña pasiega era casa, establo y pajar a la vez. Son sin duda uno de los elementos más reconocibles de la montaña cántabra. Su planta se destinaba a los animales y al pajar, mientras que un pequeño resquicio superior se usaba como vivienda y almacén. Lo más curioso de estas construcciones es que sólo estaban habitadas durante la temporada cálida, pues era entonces cuando los ganados eran llevados a frescos prados de altura. Al llegar el otoño, los habitantes regresaban a tierras bajas. 

Caserío y Quintana

© txindoki [Flickr bajo licencia CC BY-NC 2.0]

Un caserío y una quintana son viviendas independientes rodeadas de terrenos agrícolas, únicamente diferenciadas en que la primera pertenece al País Vasco y a Navarra, mientras que la segunda más propia de las zonas de Cantabria y Asturias. Su construcción se realiza en piedra, y puede alcanzar los 15 metros de altura. Asimismo, el tamaño de su planta suele ser también considerable, pues en ellos solían convivir todos los miembros de una familia junto con el ganado y los pastos recolectados, los cuales se dispensaban en dependencias integradas en la misma construcción. Si esta contaba con más de una altura, la parte superior de la casa sería la que albergaría el uso de vivienda.

Pazo

© juantiagues [Flickr bajo licencia CC BY-NC 2.0]

Llegamos al último de nuestro lista: el pazo gallego. Esta es una casa de carácter señorial, normalmente ubicada en el campo y, antaño, residencia de personas importantes dentro de la comunidad. Constan de un edificio principal rodeado de un jardín, un palomar y en ocasiones incluso pequeñas capillas. Fueron construcciones de una importancia crucial durante la época feudal, ya que constituían una especie de unidad de gestión local alrededor de la cual transcurría la vida de los aldeanos. Hoy día muchas siguen manteniendo sus muros intactos y sus puertas abiertas, albergando usos de todo tipo. 

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Sobre este autor/a
Cita: Borja Fernández. "Un recorrido por la vivienda tradicional de España" 04 abr 2019. ArchDaily Perú. Accedido el . <https://www.archdaily.pe/pe/913794/un-recorrido-por-la-vivienda-tradicional-de-espana> ISSN 0719-8914

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